AN EXPRES CHRISTMAS CAROL

             Una de mis Múltiples Personalidades, la que hace la número 17 creo, acostumbrada a los favores y las buenas obras, el pasado día 25, tuvo un encuentro, aunque no atípico, cuanto menos singular, porque ya se sabe que por estas fechas, malos sueños y pesadillas con forma humana se dan cita por calles, bares, plazas y hasta por tu casa.

 

            Un auténtico fantasma, un espectro que al moverse hacía chisporrotear al microondas, apareció entre una mezcla de sonidos metálicos acoplados y trozos solapados de conversaciones perdidas en el tiempo, surgiendo de dentro de un antiguo Moviline (tamaño 15x6x3cms), al que se le desprendió la batería al chocar contra el suelo.

            Yo amo más que otra cosa la tecnología; la número 17 de mis Múltiples Personalidades prefiere emociones como el altruismo. Así entre el escepticismo y la humanidad la confusión fue total; un escalofrío y una fuerte tensión se acumularon en mis párpados inferiores encharcándomelos por completo mientras yo pensaba que las únicas lágrimas que se derramaban desde hacía mucho por mi rostro eran las artificiales que yo mismo usaba: Viscofresh.

            Entonces un frío vacío y espacial; un frío absolutamente solo e intemporal invadió el estudio haciendo que todo pareciera doblemente inerte, flotando en la nada sin paredes donde las imágenes y escenas pasadas y futuras iban discurriendo siempre correlacionadas y en tres dimensiones, pero manteniendo la sensación de nada, de vacío, de intenso frío…

            En ese momento el espectro, o más bien, todo aquello que estaba sucediendo a mí alrededor, habló.

 

          ¡Salud! Dijo… Soy lo que tú no eres ahora encarnado y has sido y serías…

          ¿…Có…cómo…? ¿..sería…? Será serás, ¿no?

          ¡NO! He querido decir exactamente lo que he dicho… listo.

Estoy aquí precisamente para decirte que si lo tuvieras tan claro como cuando eras niño, el éxito que persigues ahora ya lo habrías alcanzado; que si te dejaras llevar por la búsqueda de la verdad y el inconformismo propios de la adolescencia ahora mismo no te seguirían ni los perros; que claro que después de tanta confusión y de frustración no canalizada, la juventud se te presenta mucho más ligera y prometedora; más frívola diría, porque antes, lo que había era mucha mentira y mala comida, sin más. Y que a partir de aquí, y en pos de la comodidad y la calidad de vida, habrás de elegir entre el riesgo o la seguridad. Eso será lo que decidirá entre lo que serás o lo que serías.

 

Qué mala leche tienen los Poltergeist, pensé; y que empeño en hacer balance. Es como darle un permanente sentido comercial a tus actos.

 

          ¡NO! Al contrario. Dijo. Tus pensamientos se producen en mí al

mismo tiempo porque soy todos tus yoes, así que deja de enfrentarlos, que es el método habitual de hacer balance.

          Vale, vale. Ya se quien eres, o quien soy. Pero qué quieres, o qué

quiero, es mucho más difícil de saber, supongo.

 

 

          No te creas. Obviamente quiero lo mismo que tú. Y como es evidente

también, tú no lo ves por una simple cuestión de saturación de imágenes. Mucho ruido. Lo que viene a ser lo mismo que ahogarse en un mar de respuestas donde nadie sabe ya cual es la pregunta. Y si respondemos a esta imagen con otra imagen creamos, no un bucle, si no una esfera infinita dentro de otra, y así sucesivamente.

          Lo que te digo de las imágenes… que no, que es verdad que no lo

veo… dímelo tú, le dije mientras montaba la batería del viejo teléfono móvil, y justo cuando me iba a responder, no sé porqué conecté el teléfono y tras unos restallidos eléctricos, una luz intensísima se concentró en la pantalla y absorbió apenas en un segundo toda la escena devolviendo el estudio a su estado anterior. Y dejándome con la sensación de haber tenido un enorme déjà vu. En ese momento, después de un montón de años con aquel móvil circulando por mi habitación como recuerdo de una tecnología arcaica, increíblemente se encendió, y sonó el pitido de mensaje. Lo abrí y decía: Mensaje de confirmación de garantía. Gracias por adquirir nuestros servicios de telefonía. Procure Ud. conservar convenientemente el aparato, no exponerlo al sol ni a altas temperaturas prolongadamente, no lo sumerja en liquido alguno, manténgalo lejos de la humedad constante y sobretodo, evite que reciba golpes.

 

2 respuestas to “AN EXPRES CHRISTMAS CAROL”

  1. Qué bonito, qué divertido, qué interesante…
    Me gusta mucho.
    Ojalá tuviera facilidad literaria para escribir más cosas, pero no… qué le vamos a hacer.

  2. Mariola Says:

    Pues sí, me gusta. A mí el otro día se me cayó el móvil al WC. Imagínate, un montón de fotos y mensajes literalmente a la basura. Pensé que insalvables. Después, en la tienda Vodafone me recomendaron que lo enterrara entre granos de arroz y me olvidara de él, así se acabaría secando. Supongo que también todos esos recuerdos almacenados. Bueno, ahora tengo en la cocina una paella de voces, o una ensalada «tres toques». O, simplemente, un móvil debajo de un kilo de arroz. Besos.

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